domingo, 6 de junio de 2010

El Interior

En la antiguedad se le llamaba "campeón" a aquel que fuera el mejor soldado de un rey o un ejercito en particular, aquel que demostraba con hechos y no palabras el claro ejemplo o porque era el numero 1. La vida no es facil para un campeon, si bien viene siendo cierto que es aquel que ha llegado a la cima, que ha conseguido la victoria, que a sentido y disfrutado la gloria, tambien es el que mas sufre o las tiene de perder en años venideros, el cuerpo jamas se acostumbra ante nada, ¿que sigue despues de convertirse en lo maximo?, no hay nada mas dificil que perder la motivacion o la razon de avanzar, es como un lobo solitario, que en la juventud es uno de los mas temidos, pero al envejecer pierde sus colmillos, que amargo dolor el tenerlo todo alguna vez y en un abrir y cerrar de ojos no tener nada. La época no es para nada generosa, cuando se llega al tope y estas arriba vitorean tu nombre, te aclaman y colman de bendiciones, pero una vez que el borroso espejismo se desvanece y regresas al suelo, nada ni nadie te recuerda, como si una amnesia acongojara a aquellos. Si uno pierde su deseo de triunfar, sus ganas de vencer, se acaba todo; encontrarlo puede ser una de las experiencias mas memorables y gratificantes, pero perderlo es como perder la vida misma, jamas se recupera, ni los deseos, ni a las personas, ni los ideales, ¿que hacer cuando todo se termina? ¿que hacer cuando no hay una mano conocida que te ofrezca levantarte? ¿como seguir si eso que te mantenia de pie se ha desvanecido?, quiza alguien sepa responder con voz sabia y calmada algunas de las cuestiones mas extrañas para la mente de un excampeón, reencontrar el sentido del vivir y mimetizarlo con el diario puede ser un nuevo inicio.